El deporte mecánico es una tradición en la familia Memi. Padres y abuelos fueron concesionarios Renault u Honda en Buenos Aires. Andrés, hijo menor de cuatro hermanos, es sin embargo el único que llevó la pasión hasta entrar en la competición, vivir del deporte mecánico y de lo que rodea a este deporte.
A los 14 años, participaba de su primera carrera en motocross sin tener la aprobación paterna. Nº 10 ese día, acababa de firmar un contrato con el deporte mecánico argentino. “Hice de todo, confiesa: enduro, supercross, rally raid. Pasé de una marca a otra, e incluso en los últimos años, tuve la revelación del manejo automovilístico”.
Superdotado y apasionado, Andrés también pasó un tiempo en los Estados Unidos, donde fue mecánico de Larry Brooks, piloto oficial Kawasaki. Era a principios de los 90. Hace cinco años, fundó su escuela de manejo, especializada en BMW, e incluso abrió un enduro park a 10 minutos del centro de Buenos Aires, es decir muy cerca de la partida de la edición nº 31. Una señal.
“Como deportista, siempre quise correr esta carrera. Es un símbolo que atrae pasiones, y ganas de desafiarse. Además, conozco realmente bien las zonas del recorrido ya que a menudo las cruzo con las expediciones off-road que organizo”.
Un contexto interesante que no perturba a Andrés: “El objetivo es llegar. Es mi primera participación y voy a usar una moto con una buena prestación en enduro, pero que será única en el escenario de este Dakar”.
Prensa Dakar
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